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Perdí la inspiración.

La extravié.


Soy un mal educado.


No la traté bien.


Creí que estaría a mi lado.


Siempre.


Que sería fiel.






Pero la perdí.


No lo es.


Se arropó en sus prosas.


Huyó.


¡Me huyó!


Me saqueó las rimas.


¡Eran mías!


Pero ya no.


No están.


No está.






Se fueron con ella.


Sin decir hacia dónde fugarían.


Si sería sólo por un tiempo.


Si necesitaban intimidad.


¿Existirán fuera de mi pluma?


¿Quién la pronunciará?


¿Y si conocen una voz distinta de la mía?









Se me fue la inspiración.


Me dejó sólo palabras.


No me permito odiarla.


Pero la odio.


No merece mis esperas.


Largas.


Absurdas


¡Vivo esperándola!


Y perdiéndola otra vez.






La sueño.


La ansío.


Palpita en mis falanges.


En mi pecho.


Y en el centro de mi frente.


¿Vendrá algún día?


¿O sólo será su presencia


un nuevo anuncio de una nueva ausencia?






La aguardo, da igual.


Vendrá.


Siempre intuyo que no volverá.


Te espero.


No tardes.

3 comentarios:

Monica Binsou dijo...

Se me ocurre que las musas inspiradoras, son en si mismas cada ves que su materia se convierte en energia...esa energia que hace esperar"la"...odiar"la"...soñar"la"...

felipe asensio dijo...

a veces creo en la inspiración.
a veces no...
a veces no creo en nada.
a veces las palabras alcanzan.
a veces no.
si ves a la inspiración por ahi, decile que se de una vuelta por casa.

un abrazo

Nathu dijo...

Estás seguro que partió?... no será quizá.. que nunca abandonó el lugar donde no duele y no la pudiste ver? O quizá...solamente quizá...tanto fuego la consumió...